¿Quién vive en mi jardín? Comenzando labores de adecuación



 ¡Un saludo a todos los que siguen nuestro proyecto! En esta ocasión regresamos con nuevas ideas y anécdotas para contar en esta encrucijada hacia la creación y consolidación de nuestro proyecto el “Jardín Sensorial” esta vez comenzamos las labores de adecuación para el lugar donde será establecido, y nos llevamos gratas sorpresas.


Exploración inicial: Un vistazo al lugar designado 

Para esta ocasión visitamos el lugar designado para la realización de nuestro proyecto, ubicado en una zona dentro de “Casas BUAP” al llegar al área designada, nos encontramos con un fraccionamiento cercano a zonas secas y áridas, que sin embargo cautivaban a la vista pues a lo lejos podíamos ver paisajes circuncidantes de cerros y lugares elevados que no hacían más que despertar la curiosidad por ver que había más allá, seguido a esto llegamos al lugar, una zona bastante amplia que seria el lienzo perfecto para llevar a cabo nuestra encomienda, después de una rápida valoración del terreno logramos identificar los puntos a trabajar y mejorar, y fue así como el equipo perteneciente al proyecto, formado por alumnos y docentes de la “Benemérita Universidad Autónoma de Puebla” se puso manos a la obra y se dio inicio oficialmente a las labores de adecuación y trabajo para crear de este lugar algo único y especial. 


Comenzando labores


Entre las Rocas y Plantas: Un Mundo de Caracoles y ¿Arañas?

Desde nuestra infancia, hemos escuchado acerca de los pequeños habitantes que aguardan en cada rincón de nuestros jardines, esperando ser descubiertos en nuestras exploraciones y aventuras al levantar rocas. La curiosidad, tan arraigada en la niñez, nos impulsa a seguir descubriendo el mundo que nos rodea. A medida que avanzamos en la vida, esa curiosidad puede dispersarse ligeramente, pero siempre permanece latente en nuestro ser.

Esta característica fue evidente en nuestra experiencia. Comenzamos con algo tan simple como levantar rocas y descubrimos las cosas más obvias: pasto, tierra, arena. Incluso apreciamos el crecimiento de diversas variedades de vegetación: nopales, sábilas, lavanda e incluso pequeños retoños de pinos que identificamos como pertenecientes a los "Cipreses Italianos" adornaban nuestra vista. Aunque el lugar aún estaba vacío, esperando nuestra intervención para cobrar vida, ya mostraba signos de actividad en su entorno.

Entonces la sorpresa nos embargó cuando, entre las rocas y la vegetación, empezamos a notar señales de vida. Todo comenzó con un pequeño caracol, aparentemente vacío y sin rastro de habitante, seguido de una pequeña roca con lo que en su tiempo fue una araña que, ya para ese momento solo era un pequeño vestigio de no hace mucho tiempo. Fue así como lo que parecía ser un hallazgo curioso pronto se convirtió en una invasión, ya que al levantar más rocas y mover algunas plantas, estos pequeños seres emergieron en masa, los caracoles, estaban ahí para recordarnos cuán perspicaz puede ser la vida, incluso en aparentes lugares vacíos, o en el lugar menos esperado como debajo de una roca.



Araña encontrada bajo una roca

Al principio, nos pareció una buena señal que pronto se convirtió en una alarma cuando identificamos al caracol como un posible peligro debido a la posibilidad de ser una especie introducida, pues de ser así la falta de depredadores naturales lleva a una infestación que afectaría a nuestras especies vegetales. Decidimos capturar la mayor cantidad posible y colocarlos en un área designada mientras se identificaba de manera correcta el género y especie a la que pertenecen, para posteriormente tomar una decisión sobre qué hacer con ellos.


Continuamos con las labores hasta que un nuevo descubrimiento captó nuestra atención. Inicialmente, causó temor, pero rápidamente nos vimos impulsados por la curiosidad cuando una de nuestras integrantes hizo un hallazgo sorprendente entre las plantas: una araña conocida comúnmente como "Viuda Negra" (Latrodectus mactans). Esta se encontraba reposando suavemente entre una sábila. Rápidamente nos acercamos al área para observar con nuestros propios ojos, y fue entonces cuando pudimos apreciarla. Al notar nuestra presencia, la diminuta araña comenzó a moverse rápidamente para intentar esconderse en un lugar más apartado.


Dada su naturaleza venenosa, y reconociendo el potencial peligro, decidimos evaluar la posibilidad de capturarla. Con el mayor cuidado posible y priorizando tanto nuestra seguridad como la integridad física del ejemplar, optamos por colocarla dentro de un recipiente de plástico (una botella). Así logramos capturar a esta pequeña especie. Quedamos atónitos al observar esa ilusoria mancha roja en su abdomen. Cuántas veces hemos escuchado acerca de estos pequeños seres, fascinantes y peligrosos, capaces de causar un dolor y daño tremendos con una pequeña mordida. Nada se compara a la presencia frente a frente con estos pequeños arácnidos.


Especimen capturado



Próximos Pasos: ¡Apenas es el comienzo!

Siguiendo con nuestras labores generales, el terreno presentaba algunos desafíos, como desniveles y piedras dispersas. Continuamos recolectando piedras y limpiando el área de posibles obstáculos, y así fue como continuamos nuestra jornada de recolección. Nos encontramos con más caracoles y otro ejemplar de la "viuda negra". Lamentablemente, debido a su carácter agresivo, ya que se encontraba junto a su saco de huevos, optamos por la opción de sacrificarla, buscando causarle el menor dolor posible. La existencia de estos arácnidos, aunque sorprendente, representa un riesgo mortal para nuestra integridad física.


¡Continuan las labores!

Al concluir nuestro atareado día, nos sentamos a reflexionar acerca de cómo compartimos este espacio con otros pequeños seres. Consideramos la posible relación simbiótica de los caracoles con las especies de sábila presentes en el jardín, así como la presencia de la viuda negra como un recordatorio de la diversidad y los desafíos que surgen al interactuar con la vida silvestre. Nuevamente agradecemos su lectura y nos despedimos deseando bienestar, recordando que esto apenas es el comienzo de nuestra encomienda.